Caperuza
$2
Érase una vez una niñita de extrañas costumbres. Ella lucía una hermosa capa de color… color… una hermosa capa que solía ser blanca. Como la niña la usaba muy a menudo, incluso cuando escapaba a jugar con pequeños conejos, las manchas rojas la cubrieron por completo. Todos la llamaban Caperucita Roja, y por lo bajo comentaban “la sangre no le quita ni siquiera la lejía”.
Pablo Ángel –
Somos lo que somos y sos un diez