Descripción
Este libro es un diario poético y eso es un desafío de escritura. Gustavo López ubica al sujeto lírico en el borde de la autobiografía, espacio en el que el yo exhibe su cotidianidad, midiendo el tiempo íntimo / ínfimo de la experiencia (hasta los segundos) y en el umbral de la incertidumbre vital, el deseo,
la búsqueda de lo propio, los miedos. En esa tensión son los poemas los que le permiten poner en escena el vacío, el silencio o los intervalos de los discursos más prosaicos. Lleva al lenguaje hasta un límite abisal y luego salta al precipicio sabiendo que es la única posibilidad de supervivencia: animarse a la suspensión, despojarse del control del pensamiento y quedarse en los ecos. Esos ecos son resonancias de la palabras y tienen una verdad sobre el sujeto. También recuperan, actualizan sentidos fundamentales, fundacionales no en términos de regreso al origen, todo lo contrario, la poesía provoca olvido de lo instalado como inicio y despliega infinitos comienzos para la interpretación y para soportar las sucesivas crisis y muertes del yo.
El poeta lee para versificar y dialoga con Blanca Varela, Hugo Mujica, Antonin Artaud, Raúl Zurita entre muchos otros y establece un armonioso pliegue con los epígrafes que se integran como voces en eco y potencian el ritmo, la experiencia de lectura doble, en contrapunto.
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