Descripción
En este libro la memoria, los fragmentos de recuerdo, regresan como fantasmas para asediarnos, para habitarnos, para hacernos actuar de otra manera en la actualidad, siguiendo a Walter Benjamin y su idea de la potencia pretérita de la imagen dialéctica. Es lo mismo que hace la imagen poética: viene de lejos a testimoniar. Comprendemos entonces que vuelve hacia nosotros los lectores, se dirige a nosotros, a todos los que quieran reconocerla, nos convoca y perturba. La imagen entonces remonta el tiempo padecido, lo que implica también que ella propone una posibilidad otra, una bifurcación en la historia privada y la comunitaria.
Esto quiere decir que la imagen en la poética de Salomón Amkie formula una nueva hipótesis que siempre es política: “Haz de ello la imagen / que volverá a lanzar dados en casa”. ¿De dónde viene esa fuerza de las imágenes? (Didi -Huberman). De allí mismo, quizás, de donde “los condenados de la tierra” extraen la suya: de su potencia para pasar a pesar de todo. Categoriza las imágenes en fatales y contrafatales. Señala que las imágenes son fatales porque tienen una memoria tenaz: Aby Warburg definía la historia de las imágenes como una historia de fantasmas para adultos, una historia en la que las imágenes se muestran capaces de “regresar” desde tiempos absolutamente heterogéneos, de atravesar los muros de la periodización histórica, de flotar, antiguas, en los espacios mismos de nuestra Modernidad.
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